La llamada universal a la santidad es una enseñanza de la Iglesia Católica según la cual todas las personas están llamadas a ser santas, y se basa en Mateo 5:48: Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto.[1] En el primer libro de la Biblia, la llamada a la santidad se expresa en las palabras del Señor a Abraham: Camina delante de mí, y sé irreprensible.[2][3]